Capítulo 1
Gamonal
Habla el General: “Siempre me pareció un milagro, o cosa de sortilegio, que después de la Batalla de Gamonal, donde tanta sangre se derramó y tantos muertos hubo, los malhadados franceses hubieran dejado de pie la Real y Antigua, que atesora una enigmática belleza. Esos buitres carroñeros que esquilmaron nuestra ciudad después de aplastar al ejército español allí... Napoleón se frotó las manos después de la contienda porque sabía de la importancia estratégica de nuestra ciudad. ¡Seguro que ya entonces soñó con humillarnos estampando el nombre de Gamonal en el Arco del Triunfo de París! Recuerdo que, frente a su pórtico, sentí que el templo emitía señales que yo debía interpretar. Su puerta mudéjar, esa decoración extraña con elementos naturales y animales... Pero había más: también guerreros... ¿Qué hacía allí aquellas figuras armadas? ¿Qué trataban de proteger? ¿Estarían relacionadas con esas otras tallas que en otros templos de la provincia, como San Pantaleón de Losa, siempre se relacionaron con los Templarios y la defensa y ocultación del Santo Grial? ¿Sería esta iglesia uno de los enclaves conectados con el ansiado tesoro que buscaba? Me sentí como Parsifal en busca del mayor secreto de la historia de la Cristiandad... Y caí pronto en la cuenta de que Gamonal era la entrada a Burgos del Camino de Santiago, senda mítica que conectó esta tierra con Europa. Y que debía seguir esa ruta para acercarme al tesoro...".